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Muy pocas personas tienen idea de la importancia del niño interior y como esto puede repercutir una vez que alcanzamos la adultez, bien sea en los actos diarios y/o en la toma de decisiones.
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¿Qué Es El Niño Interior?
En lo que respecta la psicología, el niño interior es considerado una especie de estructura vulnerable y sensible de nuestro “yo” que se va forjando con cada experiencia vivida durante la infancia, específicamente en sus primeros años.
Según el tipo de experiencias, positivas o negativas, y de la forma en cómo sean interiorizadas en niño interior de cada persona puede ser alegre, sensible… o bien todo lo contrario; temeroso, rabioso…
¿Cuándo Es Dado A Conocer El Niño Interior?
Con el paso de los años y a medida que la persona va creciendo y desarrollándose, su niño interior va escondiéndose e impregnándose en lo más profundo del ser, casi sin hacerse notar.
Sin embargo, ya siendo adultos, este tiende a exteriorizar en determinadas circunstancias, como por ejemplo; frente a una situación o proyecto que requiere de suma imaginación o bien cuando es revivido un miedo, que en condición de adulto no debería causar temor alguno.
Esto sucede, podría decirse que la mayoría de las veces, sin que la persona llegue a percatarse de que quien está determinando su respuesta y acciones ante tales situaciones, no es más que su niño interior, ya sea que se encuentre herido o no.
¿Cómo Saber Si El Niño Interior Esta Herido O No?
Absolutamente todos, de alguna u otra forma, vivimos experiencias o situaciones positivas y negativas durante la infancia, si estas últimas fueron asimiladas y vividas de manera adecuada, lo que harán es incorporarse al niño interior sin ningún tipo de repercusión.
Lo contrario sucede cuando esas experiencias negativas no son asimiladas y su impacto emocional no es procesado, lo que trae como consecuencia sentimientos de odio, ira, tristeza… que posteriormente son cargados por el niño interior.
Ahora bien, ¿Qué sucede con esos sentimientos? Por lo general, son aflorados en determinadas circunstancias, en la manera en como reaccionamos diariamente ante la realidad.
Son esas reacciones, temores, miedos irracionales, sentimientos de tristeza o rencor… ante situaciones que no son del todo significativas las que nos dan a conocer si verdaderamente nuestro niño interior está herido o no.
Lo positivo de todo esto es que, afortunadamente existe la manera, aun siendo adultos, de sanarlo ¿Cómo? Librándonos de todo el peso que acarrearon esas experiencias negativas de la niñez que no acabaron de procesarse correctamente.
¿Cómo Sanar El Niño Interior?
Como ves todo niño interior debería despertar en las personas únicamente sentimientos de ilusión, alegría, la capacidad de ser creativos y espontáneos.
Pero no siempre sucede de tal modo, cuando una persona tiene herido el niño interior revive constantemente miedos y tiende a comportarse de manera incontrolada, esto definitivamente es un problema que debe ser solucionado, pero ¿Cómo hacerlo?
La única forma de sanar nuestro niño interior es volver y tener un encuentro con el niño interior e identificar cuáles han sido esas experiencias negativas, desde el punto de vista emocional, que hasta ahora no hemos logrado superar.
Pero hacerlo no siempre resulta tan sencillo como parece, hacerlo supone un camino de autodescubrimiento, un viaje al pasado que puede resultar sumamente doloroso donde deben ser tocadas heridas que no sanaron.
Por tal razón, la mejor forma de hacerlo es con la ayuda de un psicólogo capaz de guiarte en lo que se conoce como una “meditación niño interior”.
Este especialista podrá apoyarse en herramientas terapéuticas como lo son la hipnosis, la visualización, entre otras tantas que permiten acceder a los recuerdos de aquellas experiencias y una vez ahí sanar y cerrar las heridas de la infancia.
Adicional a estas herramientas terapéuticas existen ciertos ejercicios para sanar el niño interior herido, uno muy sencillo es el siguiente:
- Toma una fotografía de cuando tenías alrededor de 7 años.
- Encuentra un lugar tranquilo, libre de distracciones en el que puedas contemplar tu fotografía por unos cuantos minutos.
- Profundiza un poco más e imagínate acercándote a ti mismo cuando eras ese niño de la fotografía.
- Visualiza tu yo adulto junto con aquel niño es decir “tu niño interior”, rodeados de paz, perfecta para entablar una charla.
- Pregúntale a tu niño interior que le sucede, cuáles son esas heridas que no lograste sanar, que necesita para estar bien…
- Visualiza cada detalle de esa conversación, trata de aclarar todas tus dudas, hazlo con total sinceridad.
- Deja que la conversación fluya, desahógate de ser necesario, te aseguro que luego de esto sentirás que te has desecho de un gran peso, estarás listo para continuar.
¿Cuál Es La Importancia Del Niño Interior?
Como mencione a lo largo del artículo, es nuestro niño interior quien va a determinar la forma en cómo reaccionamos ante la realidad, un niño interior sano hará que la persona se muestre alegre, optimista, segura de sí.
Mientras que un niño interior dañado o herido repercutirá significativamente en lo que llegamos a ser como personas adultas, en la forma en cómo enfrentamos retos o dificultades, e incluso en el trato que damos a quienes nos rodean.
De ahí la importancia de, no solo como padres, cuidar la infancia de nuestros hijos, sino también de asumir que aun siendo adultos traemos a cuestas heridas que aunque no las consideremos importantes, han formado parte de lo que hoy en día somos.
Ahora que conoces la importancia del niño interior en cada uno de nosotros ¿consideras que tu niño interior está herido? ¿crees que tienes heridas que sanar?
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